viernes, 16 de octubre de 2015

Me ha tocado el cupón


  
Por eso, señores, yo he visto la foto de la Virgen de las Angustias con mantilla blanca y me ha tocado el cupón. El Cuponazo de Canela y Clavo

Esto es lo más grande del mundo. Con el ABC dan a veces muchos regalos con cupón y cartilla, ¿no?: que si un juego de sartenes, que si un tendedero eléctrico... Bueno, pues ayer, sólo leyendo el ABC y viendo las fotos de la información local, me tocó el cupón de los ciegos. Sin tener que ir al vendedor de la ONCE de Alcampo para comprarlo. Y me tocó con un número la mar de raro: el 00.000. Y además, y es lo más sorprendente, de un sorteo que aún no ha celebrado, el del 29 de octubre.

¿Que cómo es esto tan raro de que me tocara un cupón que no había comprado y de un sorteo que aún no se ha celebrado? Porque el cupón de los ciegos del día 29 toca nada más verlo. Trae la histórica foto de la Virgen de las Angustias con mantilla blanca. Ver en el cupón esa memoria de la Hermandad de los Gitanos que es la foto de la Virgen con mantilla blanca, guapísima, de Divina Calé, ¿no es acaso que le toque a uno el cuponazo del arte, el Cuponazo de Canela y Clavo?

Al ver esa foto del perfil de la Virgen se me ha hecho vivo todo un tiempo ido de la hermandad. He vuelto a ver al mayordomo de Los Gitanos, a Joselito Lérida y Vargas, entrar en la sastrería de mi alfayate para colocarle unos cuantos tacos de Lotería de Navidad. Que también tocaba con sólo ver la foto del Señor de la Salud. En aquel tiempo sin saturaciones, las cofradías estaban encarnadas en Sevilla por el hermano que entregaba toda su vida a ellas. San Roque era Ribera el carpintero, y el Cristo de Burgos era Eulogio Castañeda, y El Baratillo era don Otto Moeckel, y sigan poniendo nombres... Como también le pongo ahora a la Hermandad de los Gitanos el nombre de Manolo Carreras, el de Casa Carreras de la calle Feria, que pagó el paso del Cristo de la Salud a aquella hermandad que cuando pasaba por la Avenida en el amanecer del Viernes Santo, cuando ya toda la vencejería de la Puerta de la Asunción había quebrado albores, viéndola desde el balcón de la esquina de la calle Bayona me decía mi madre:

– Mira lo pobrecitos que van Los Gitanos, todo lo llevan prestado...

Los rojos habían quemado San Román y era voz común que había una especie de solidaridad entre las hermandades de penitencia para prestar a Los Gitanos los enseres procesionales que les faltaban. Pobres, pero riquísimos en arte y en corazón. Alguien siempre, cuando pasaba el Cristo de la Salud, mirando la música que llevaba tras el paso, volvía a escribir el romance de García Lorca:

– Estas cosas nada más que pasan en Sevilla. Con Los Gitanos viene la banda de la Guardia Civil. ¡Qué arte!

Arte de canela y clavo, como cuando, no se si fue así, pero me contaron que a Joselito Lérida se le ocurrió que Haretón le hiciera a la Virgen de las Angustias esta entonces polémica foto de Bellezón con mantilla blanca, de perfil, de Divina Gitana de San Román, tan guapa. Y en tiempos del Cardenal Segura, que tenía mucho más mérito.

Luego la Hermandad de los Gitanos creció, engrandecida por sus hermanos y devotos, dejó San Román y se estableció en la antigua capilla de las niñas del Valle, donde he tenido la dicha de asistir recientemente a algún culto solemne y he podido admirarme al comprobar que aquello es como un Vaticano Calé, qué riqueza de liturgia, qué delectación en los ritos, qué paladar. Yo he visto allí entrar la cofradía. Yo he visto las lágrimas gitanas de Antonio Lorente al mirar a esta Virgen de la mantilla blanca con su manto ducal. Y he escuchado la voz del capataz Alberto Gallardo, el poeta del martillo, con ese corazón para tres cuerpos que emociona a tres cuerpos de nazarenos de su cofradía. Y esa misma voz de Alberto Gallardo es la que he vuelto a escuchar al ver la foto de la Virgen de los Gitanos, coronada ya entonces por el rito calé con su mantilla blanca de pureza. La foto que entonces hizo llorar a todos los hermanos que ya están en el cielo de los calés con el Señor de la Salud. Por eso, señores, yo he visto la foto de la Virgen de las Angustias con mantilla blanca y me ha tocado el cupón. El Cuponazo de Canela y Clavo.

jueves, 1 de octubre de 2015

Humanidad de Sevilla




 ¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad el olor del incienso en Semana Santa?

Como lo "Andalucía por sí, para España y la Humanidad, pero de aquí: "Para Sevilla y la Humanidad". Por la parte del Patrimonio de la Humanidad concretamente. Asunto que comenté a propósito de la declaración que piden para las ruinas de Itálica y que me dio pie a pedir tal designación para el patrimonio material e inmaterial del alma y la esencia de Sevilla, a través de nuestras cosas más clásicas, las que los imbéciles, progres y asimilados han dado en llamar "rancias", cuando ellos sí que son rancios con ideas tan antiguas como las de Marx, Lenin...o Le Corbusier.

A propósito de aquella petición mía de la declaración como Patrimonio de la Humanidad del adobo de Blanco Cerrillo y del tinto de Casa Morales, que son dos auténticos monumentos de sevillanía interior, algunos lectores me han escrito con otras propuestas. Es un reconfortante "A mí la legión" lo de los seguidores de esta sección, que surge cuando pongo palabras sevillanas en trance de pérdida que conviene rescatar, o cuando toco el alma de la ciudad con estas cosas nuestras, que son de las que de verdad me gusta escribir: lo de la política me aburre hasta a mí, "contrimás" a ustedes... Así que sigamos con la Unesco nuestra de cada día, a la vista de esto que los cúrsiles llaman "interactuar", que es que los lectores te escriban y te propongan cosas...

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad las mariquillas de la Esperanza Macarena?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad el pasodoble "La Giralda" que López Juarranz compuso en 1889?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad el puente de Triana?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad la Casa de Pilatos?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad los Hércules de la Alameda?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad el capotito de Curro Romero?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad el cartucho de pescao de Pepe Luis Vázquez?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad los capirotes colgados en la Alcaicería de la Loza en cuantito llega la Cuaresma?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad las croquetas de Casa Ricardo, antigua de Ovidio?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad la túnica de La Carretería?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad la centenaria Papelería Ferrer de la calle Sierpes?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad la sombrerería Maquedano de la misma calle?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad los pregones de las loteras con los décimos de Sagasta, la de los millones?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad el patio de Los Venerables?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad los Valdés Leal de La Caridad?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad la Joyería Reyes?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad el medieval olor a especias de la calle de la Venera, vulgo José Gestoso?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad el olor del incienso en Semana Santa?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad la Noche del Pescao Frito en la víspera de la Feria?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad las mantillas del Jueves Santo?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad la cucaña de la Velá de Santa Ana?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad el muñidor de La Mortaja (patillas incluidas)?

¿A qué espera la Unesco para declarar Patrimonio de la Humanidad el Glorioso Real Betis Balompié, y que se mueran los feos?